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Baño

Se metió la mano al cuerpo,

y de los huesos, sacó el odio percudido.

Se metió la mano al cuerpo,

y bandejas de tristeza le sirvió al olvido.

Giró la llave, y lentamente

salieron en grito pequeñas gotas color esperanza;

y le masajearon su rostro hasta llegar a los pies.

Enjabonó el alma,

invadió un ejercito de paciencia, sábanas y prados.

Limpió los ojos opacos de espantos,

abono la piel, y nacieron sonrisas y tolerancia.

Cerró la llave, corrió la cortina,

y sin secarse salid desnudo nuevamente a luchar.