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Dame sueño,
al fin no te cuesta!
Guirnaldas, piñatas, festejos,
dame de todo eso;
y olvidemos por un memento
que el tiempo sigue despierto.
Olvida por un rato
todos esos corazones con piel de veneno,
y has como el viento,
que abraza todo lo que mira en su lecho.
Ven conmigo y recita
cánticos de paz,
y quédate a cantar
con estas piedras de poco afinar.
Quítate el yugo de tus hombros
y desnuda tu cuerpo,
abre la puerta a mariposas de soles,
y descubre la dicha de empezar los valles.
Dame sueños,
dame paz,
dame gritos
que digan tus deseos,
y que el reflejo del viento los lleve
sinceros.
Llora como las nubes,
para que los mares
broten de tus ojos,
y así con la marea
bajará la angustia
que se esconde bajo la lava de esta
tierra.
Dame sueño,
date entero,
y poco a poco al progresar el día,
romperemos los suelos para empezar de
nuevo.
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