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Llegará el día cauteloso
con dos palomas, dos flores
y dos canciones anchas como el prado,
enemigas de lo amargo.
El día en sonrientes regalos de humo con
cara de amantes,
llanuras con vastas lluvias de raza
humana,
resucitará en algún parque la belleza y la
esperanza;
se levantarán poseídos de vida picos y
palas,
desenterraran los brazos estrellados de
panes
de un nuevo día, con frutas, paciencia,
siluetas.
Basta ya de ocultar las flores hueso
adentro,
toma brazo, músculo, y ven a ayudarme
a encontrar la libertad que reencarna en
mi sangre;
libertad, amor y niños sonrientes, madres
de anhelos,
sueños gritados, fuegos en las manos
y un dulce aliento a maderos cantando.
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