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Este pan, que de heridas crecidas
hoy siente lamentos de ángel;
la miel que te ha hecho,
se ha perdido entre siglos de conchas.
Hermano hombre, dejaste ir la harina
bendecida por manos de virgen, suaves las
palmas.
Este pan conoció tus aguas, bebió tu odio,
y ofreció sus migas para evitar tus
huecos,
pero cae tu casa, cada pedazo de piel, es
venda del ojo, amarillos senderos ha
negado la gaviota.
Abre las manos y toma su sombra,
arrima las hojas columpiándolas al agua,
que cada paz es nueva estrella rosada
palpitando el cosmos, avivando la grama.
Este pan hermano hombre, soñó con cruces,
espinas, lanzas, pobres que sudan amargos
caminos;
pero el, es pan relleno de esperanza;
de mieles y abrazos el hombre acurruca el
alma.
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