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Como retoños esta nacido el hombre,
surgiendo, palpando, sudando heroicas
barcas;
se va conociendo al niño que sube al humus
salvaje,
que nos toca la garganta crecida en el
aura.
Vamos creciendo sobre las velas, comendo
canales,
arrimando el libro que levanta las ganas,
y con sus
brazos nos hunde entre veredas de cabellos
rizados;
y son mariposas nuestras vivencias, ríos
nuestros anhelos.
Crecemos, tomamos la piel y la esparcimos
en nuestra esperanza,
hacemos nido debajo de la falda de la
mujer floreada,
conocemos al cielo escapado del suelo,
cortamos el pan, le rebanamos las entrañas
para el hermano.
Llenos de perfumes como maderos, nos
amamos,
nos abrazamos de las ramas, nos
compartimos el rocío.
Pero cuando de nuevo la raíz nos llama
entre los dedos,
vamos surgiendo de nuevo en estallidos de
alegría,
en las venas de nuestro tallo, somos
largas cadenas
de tierra, esperanza, amor, siluetas de
niños, mujeres, ancianos.
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