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No cierres la puerta vecino,
pues mis manos no pueden hablarte de
aliento y amistad.
No cierres la puerta amigo,
pues los tallos vas cortando con afiladas
separaciones.
No cierres la puerta padre,
porque tu hijo y mi hijo se aman desde el
vientre.
No cierres la puerta hermano,
te muestras cruel en tu silencio, y en
capas de hierro hieres el amor.
No cierren la puerta pueblo,
porque cada puerta cerrada es una nueva
frontera.
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