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Vientre

Mas ya no lo llames valle,

pues es largo trecho de sábanas,

rocío de abejas y guitarras,

legendaria cadena de la tierra.

 

Mas deja que el tiempo le hinche,

que se crezca en las hojas

de los vientos de las montañas.

Surgirán nuevos vientos de dulce traje,

se agrandarán las palmas del cielo,

habitará Dios sobre su lecho,

y palpará la grama de su espalda.

 

Llanura que dejaste anidar estrellas,

y hoy alimentas los sueños,

le arrebatas la aurora al camino,

amansas corceles, limpias los soles.

 

Estallas sobre la sombra

dolor de sangre bautizada,

alma gemela sujetando una tea,

encandilada en vida, vas segando a la muerte.