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Hay días humanos
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Hay días en el que me siento realmente humano,
y esta epifanía del quiero se vuelve intrínseca,
días inexorables en los que la nadería de la frontera es inútil
cuando el lánguido espíritu de la sociedad llega a su fenecer.
Hay días en los que me siento realmente humano,
esos momento en donde siento bullir los sentidos
entre lienzos melificados
concebidos en el resolar de mis deseos,
días próceres, augustos,
días donde me embriago de nepente
y prosigo, olor humano alrededor
del monte ansiado del despertar,
entre roció sahumado con plumas
con huesos humanos… hay días humanos.
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